a las personas buenas les pasan cosas buenas

A las buenas personas les pasan cosas buenas

A estas alturas, la inmensa mayoría de personas estamos cansadas de escuchar la expresión de “a las buenas personas les pasan cosas buenas”, y es que es claramente una falacia de tamaño descomunal.

No, a las buenas personas no les pasan solo cosas buenas. De hecho, a veces, parece que el Universo se aliena para todo lo contrario.

Hoy escribo de algo que nada tiene que ver (en un principio, luego veremos que sí) con Marketing Digital, pero a veces es necesario pararse a reflexionar porqué suceden determinadas cosas a nuestro alrededor. (Y porque me apetece, ¿ por qué no? 😉 )

Por qué a las personas buenas no les pasan (solo) cosas buenas

Es parte de la vida

La vida no se compone únicamente de cosas buenas. Es un compendio de muchas cosas: malas, muy malas, horribles, cosas que son tan terribles que se hace muy difícil ponerles nombre…, pero también está llena de cosas increíblemente buenas, positivas, magníficas…

A veces, llega todo de golpe, sin avisar y todo se viene abajo. Como una baraja de naipes movida por una corriente de aire que nadie espera y que ya no hay forma de volver a poner en pie.

Otras, la vida, nos sorprende con algo que ya nos esperábamos y nuestros días se convierten en algo más dulces.

En definitiva, a las personas buenas no solo les pasan cosas buenas porque lo malo (y lo terrible) es parte de la vida para todos.

Da igual cómo seas

La vida no es un ente con voluntad propia que pueda ir eligiendo a quién le pasan cosas buenas o malas según se comporten. Estaría bien que ella como ser divino, independiente, justiciero o como cada uno quiera verlo, dijera: “no, a este no le mates a nadie que es buena persona”, “sí, a este haz que se quede sin nada que ha sido un cabrón”.

Da igual si eres muy buena persona, hay cosas que nadie podrá evitar que pases. Y de hecho, hay cosas que formarán parte de tu aprendizaje de vida, por muy dolorosas que sean. Aunque no quiero extenderme mucho en esto, ya que podría estar horas y horas divagando sobre el tema, todo forma parte de lo que llamamos vida.

Todos los tontos tienen suerte

¿Quién no ha pensado en más de una ocasión esto? Y es que, a veces, parece que TODOS los tontos (o malas personas) tienen suerte. Tú puedes procurar hacer todo bien, que si un día se te pasa algo, en menos de un mes ya tienes un aviso de embargo, te crecen los enanos y hasta te sale una planta venenosa nunca antes conocida en el jardín de casa (sí, en ese que no tienes), y otros, se pasan media vida robando y/o estafando a sus amigos, trabajadores, familiares y nunca les pasa nada.

Pero “no es oro todo lo que reluce”, y el tonto ni es tan tonto ni tiene tanta suerte. Todo es cuestión de tiempo. Porque al final, a las personas normales, les gusta acercarse a la gente buena, porque al final el engaño acaba viéndose, y acabamos huyendo de este tipo de gente como la peste.

Y ahora llega el momento, ¿qué tiene que ver el Marketing Digital en todo esto?

Qué relación tiene el Marketing Digital con las buenas personas

  • El Marketing Digital conecta personas

Como habrás notado, me gusta mucho explicar las cosas con refranes, ya que creo que es una forma ideal para explicar de una forma muy ilustrativa muchas de las cosas de nuestro día a día. 

Bien, como en la vida, en el Marketing Digital y en cualquier área, al final, a nadie le interesa juntarse o hacer negocios con alguien que sabes que te acabará engañando o con quién te está vendiendo humo o algo que él no es. Como bien dice el refrán: “al bueno buscarás, y del malo te apartarás”. Y es que al final, el marketing digital se trata de acercar personas a personas, y nadie quiere estar rodeado de personas malas a su alrededor. (Sí, lo sé, “Dios los cría y ellos se juntan”, pero si me extiendo más nunca acabaré y estoy tratando de generalizar).

  • La mentira y el marketing digital son como el agua y el aceite

Aunque existe la creencia que en el mundo del marketing y de las redes sociales todo es mentira, postureo y que solo se pretende vender, las reglas del juego han cambiado. El consumidor sabe lo que quiere, es más fácil que le vea “las orejas al lobo” y no acepta el engaño. 

Por eso, si en tu empresa o en tu día a día, “vas de listo” y dejas de ser una buena persona, lo más probable es que “vayas a por lana y vuelvas trasquilado”. En el mundo del marketing digital, si no vas con la verdad por delante, tienes poco por hacer.

Si eres buena persona, franca y sabes conectar con tus clientes, ellos lo van a ver, y probablemente, vayas a ganar más clientes que si vas siempre intentando vender algo que no eres. (Para eso, además de ser buena persona, tienes que ser bueno en lo que haces. Si no, no hacemos nada).

  • “No busques por amigo al rico ni al noble, sino al bueno, aunque sea pobre”.

Cuando se trata de negocios, es lógico que nos queramos acercar al que más tiene: la agencia más famosa, los que están en el ranking de los 10 mejores, etc etc; y muchas veces, no miramos el equipo humano que hay detrás de eso. ¡Ojo! No estoy diciendo que los profesionales que estén aquí no sean buenos, si no, que más nos vale fijarnos en su valía profesional y personal que no en los despachos más grandes o los “mejores” contactos, porque lo más probable, es que si no tenemos en cuenta esos valores, al final la cosa “nos salga rana”.

  • Arrieros somos y en el camino nos encontraremos”.

Cuando hacemos algo con mala intención: engañar a un cliente, decirle que con la campaña que has lanzado en Facebook va a obtener un incremento del 50% de sus ventas sabiendo que es mentira de la buena, cuando no tratamos bien a los que nos rodean, a nuestro equipo, colaboradores y/o clientes…lo terminamos pagando.

No es una cuestión de odio, ni rencor, ni estoy hablando de venganzas, pero tarde o temprano, el cliente, colaborador, trabajador con el que no nos hemos portado bien, acabará dándose cuenta, y no solo se alejará de nosotros, si no que también, comenzará a hablar mal. Y allí, ya habremos perdido: un trabajo, un buen trabajador, un cliente y otros posibles futuros clientes que dejarán de llegar gracias a ese colaborador, trabajador y/o cliente con el que no te has portado como quizá debías. 

Podría seguir con otros refranes que ejemplificarían de forma aplastante por qué el marketing digital tiene que ver con las buenas personas, pero creo que con estos ejemplos ha quedado más que claro todo. O eso espero.

Está claro que “no es lo mismo predicar que dar trigo”, pero creo que si por algo me caracterizo es por la necesidad de ser (o intentar) ser buena persona. A veces creo que me sale a la perfección (tal vez demasiado), otras, me quedo a medio camino. 😉

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